Susana Araya Navarro
Estudiante de Doctorado en Educación, Facultad de Educación Universidad de Concepción
El sistema educativo se enfrenta a constantes desafíos como parte de un mundo globalizado, lo que evidencia la necesidad de docentes preparados, capaces de adaptarse a estos cambios. Para abordar este reto, en los últimos años se ha hablado de puentes constructivos entre la neurociencia y la educación como un engranaje fundamental para lograr la actualización docente. De ahí que el rol fundamental que asume la neurociencia para la práctica educativa, orientada a estudiar la función del cerebro en los procesos de aprendizaje, integrando la psicología cognitiva como puente entre la neurofisiología y el proceso social de aprender y enseñar. Desde esta perspectiva, comprender cómo el cerebro aprende puede promover la generación de estrategias pedagógicas adecuadas, para que todas y todos los estudiantes tengan la oportunidad de aprender.
Estudios recientes muestran que los docentes perciben que el disponer de conocimientos acerca del funcionamiento del cerebro proporciona mejores herramientas para la planificación de estrategias, especialmente aquellas relacionadas con la atención a las necesidades educativas especiales o la detección temprana de problemas de aprendizaje. En este sentido, la capacitación de los docentes en neurociencia educativa tiene un impacto positivo en la planificación y ejecución de estrategias de aprendizaje. Se concluye que los conceptos de neurociencia proporcionan una base racional que permite la toma decisiones pedagógicas, constituyéndose en un complemento a las teorías del aprendizaje constructivista al brindar una base biológica para los hallazgos psicológicos educativos. Al respecto, la aplicación de ejes pedagógicos de un modelo educativo constructivista, basado en evidencia neurocientífica ha demostrado los aportes y beneficios directos de esta disciplina en aspectos tales como el protagonismo del estudiante, la motivación y, la exploración auténtica, dimensiones esenciales para lograr aprendizajes significativos.
A nivel nacional, las neurociencias son un tema que genera gran curiosidad entre los docentes, sin embargo, existen limitaciones en cuanto a las fuentes desde donde se obtiene la información. Un estudio mostró que los profesores chilenos poseen cierto conocimiento general de neurociencia, pero también muchas concepciones erróneas referentes a la aplicación de éstas a las metodologías. Al respecto, los docentes manejan información que circula en los medios de comunicación, información superficial y a veces falsa, pero de igual forma es percibida como satisfactoria por parte de los profesores. Estos resultados demuestran que las percepciones de los docentes sobre la vinculación entre neurociencia y educación confluyen en la falta de un lenguaje común que les permita aplicarla de manera homogénea a través de la metodología adecuada, siendo ésta la mayor dificultad que hoy se presenta en el profesorado.
Este es un tema relevante que atender en nuestro sistema educativo, ya que el profesorado tiene un papel fundamental como agente facilitador en los procesos de aprendizaje, por tanto, la formación en metodologías activas y sus futuras acciones en la práctica educativa son fundamentales en los procesos de mejora. Las metodologías activas son estrategias dinámicas y participativas que emplea el docente para favorecer los aprendizajes y la aplicación de la neurociencia sería una gran aliada en el desafío de la mejora continua de los procesos de aprendizaje.
Considerando la evidencia brevemente expuesta en esta carta, el sistema educativo y los docentes deben estar dispuestos a los avances que la neurociencia pueda aportar en beneficio de todas y todos los estudiantes. Para lograr este objetivo, se sugiere fomentar la capacitación en neurociencia desde instituciones y profesionales acreditados en la materia, junto con fomentar estrategias de divulgación científica orientada en la docencia, como el proyecto “Escuela con Cerebro” (visitar https://escuelaconcerebro.wordpress.com/). Finalmente, es importante destacar que la profesión docente se debe percibir como un proceso dinámico que requiere de innovación, no tan solo en la planificación y gestión institucional, sino que en todos los procesos y eslabones del sistema educativo. Entre estos eslabones y procesos, la capacidad del profesorado para tomar decisiones pedagógicas con una base racional es fundamental para lograr los objetivos que se ha propuesto el sistema educacional chileno.