Simbólica plaza lleva ahora su nombre: Corina Vargas, la historia de la primera decana de América Latina

FUENTE: Noticias UdeC

Con su elección a la cabeza de la Facultad de Filosofía y Letras en 1943, el Consejo Directivo de la Universidad de Concepción tuvo por primera vez un rostro femenino entre sus integrantes.

La primera decana de Chile y América Latina fue una académica de la UdeC. Corina Vargas Vargas o Corina Vargas de Medina, como le gustaba que la llamaran tras su matrimonio, es una pionera de la educación y de la psicología en el país.

Fue la responsable de dirigir durante 12 años la Facultad de Filosofía y Letras de la UdeC, desde donde impulsó una serie de iniciativas en torno a la formación de docentes.

Su figura se vincula también a importantes proyectos universitarios y de la ciudad, como la creación, a instancias del Rector Enrique Molina, de la Sociedad de Exalumnos de la UdeC en Concepción, en 1944, cuando la casa de estudios cumplía 25 años, y de la Asociación de Mujeres Universitaria, el mismo año; así como la fundación, junto a un grupo de destacados penquistas, del Instituto Chileno Norteamericano de Concepción (1942), entre otros.

Y, desde este martes 19 de octubre, su nombre identifica a una plaza de juegos para niños y niñas, ubicada en el Cementerio General de Concepción, en un homenaje permanente de la ciudad a una trayectoria excepcional, que destaca dentro de los logros del mundo femenino en el país y que está estrechamente ligada a la historia de la UdeC.

Corina Vargas nació en Coyanco (Ñuble) el 25 de agosto de 1900, realizó su educación básica en la Escuela Pública de Yungay, trasladándose más tarde a Tomé, en cuyo liceo realizó los primeros cursos de Humanidades, los que continuaría en Concepción.

El término de los estudios secundarios de esta mujer de los albores del Siglo XX coincide con el año de la fundación de la primera universidad del sur de Chile, de la que supo apenas llegó a la ciudad en 1917.

En su libro Corina Vargas, una pionera de la educación chilena, el académico UdeC, Carlos Muñoz Labraña, cita que “fue testigo privilegiada de los esfuerzos de un grupo de visionarios penquistas por crear una universidad, que, entre otros objetivos, brindara la oportunidad de realizar estudios superiores a quienes, especialmente las mujeres, les era difícil trasladarse a la capital en busca de una cualificación”.

Así fue que consideró continuar sus estudios en Concepción y en 1920 se matriculó en UdeC, integrando la segunda generación de Pedagogía en Inglés, una de las cuatro carreras fundacionales de la casa de estudios.

Estudios en el extranjero
Antes de obtener su título y con apoyo de la universidad, en 1924 viajó a Estados Unidos para iniciar estudios en la Universidad de Columbia, logrando un Master of Arts en Psicología Educativa y Experimental, especialización que antecede en varias décadas a la educación formal en esa área en Chile.

Tras tres años fuera, regresa y de reincorpora a la universidad para concluir la carrera de pedagogía, con un claro compromiso de volcar sus conocimientos a la escuela y la universidad de la que era parte.

Fue contratada como académica en 1927 para impartir la asignatura de Psicología General, Educacional de Desarrollo, en la Escuela de Educación, y en el Curso Normal que la universidad había impulsado en 1926 para formar profesores primarios en dos años, en base al bachillerato en Humanidades, docencia que se ampliaría a otras carreras creadas en la UdeC.

En 1928 fue nombrada secretaria académica de la Facultad de Filosofía y Letras, creada el año anterior, y participó en la fundación de la Escuela Experimental de Aplicación anexa a la universidad.

Esta instancia, que dirigió por ocho años, tuvo por objetivo servir como laboratorio de observación, experimentación y aplicación para sus alumnos.

Ese mismo año, contribuyó a la formación del Laboratorio de Pedagogía Experimental, que será la base del actual Departamento de Psicología.

Es en 1943 cuando, por la unanimidad de sus pares, es elegida decana de la Facultad de Filosofía y Letras de la UdeC, siendo la primera mujer elegida en ese cargo directivo en Latinoamérica. Por primera vez, el Consejo Directivo de la UdeC incorporaba un rostro femenino en sus reuniones.

Los logros y contribuciones de Corina Vargas son innumerables y, a juicio del Dr. Carlos Muñoz, dan cuenta “de una personalidad muy fuerte, de una mujer muy empoderada, que tiene claro el dilema del rol de la mujer, que logró irrumpir en el mundo universitario y alcanzar el cargo que ninguna otra mujer había desempeñado en Chile y América Latina”.

Una fundación masculinizada
A juicio del académico, ella generó un “quiebre epistemológico en la forma de hacer universidad porque, hasta ese momento, la figura de la mujer había estado prácticamente ausente de la fundación de la universidad, que fue un proceso masculinizado”, no así lo que ocurrió en las carreras fundacionales -a excepción de Química Industrial- que tuvieron una fuerte presencia femenina.

Muñoz destaca la fortaleza y templanza “admirables” de la joven estudiante en relación a las dificultades que debió sortear en Estados Unidos, donde tuvo que trabajar para financiar su estadía, así como para hacer frente, más tarde, a la realidad que le tocó vivir en el contexto universitario.

“Para llegar a ser decana tuvo que generar confianzas en una población masculina para que le permitieran llegar al cargo”, dice el historiador.

Pero, además, afirma que era una gran realizadora.

“Ella se atreve, es una mujer creativa e innovadora: innova y es capaz de establecer y tener claridad del rol que juega la psicología en la formación de las profesoras y los profesores que se estaban educando en la UdeC”, detalla.

Fue una persona ejecutiva, agrega, citando como ejemplo el papel que jugó en la articulación de una red de exalumnos a lo largo de todo el país por encargo del Rector David Stitchkin Brannover, a partir de 1957. “Fue exitosa (en esta tarea) y durante décadas fue prácticamente la cara visible de la universidad para los exalumnos”. De hecho, fue jefa de la Oficina de Coordinación de Exalumnos hasta 1967, incluso después de haber jubilado.

Otros muestras de su empuje son los avances curriculares impulsados durante su gestión en el decanato, donde destacan el estudio y posterior creación de nuevos cursos para la formación de docentes: en 1948 Química, Matemática y Física; en 1951 Biología y Química; en 1954 Historia, que comenzó a funcionar dos años más tarde.

Lo más importante de la personalidad de la primera decana latinoamericana, para Muñoz, es que se haya instalado en el mundo universitario como nunca antes lo había hecho una mujer.

Una mujer que irrumpe
“Estamos en presencia de una ‘mujeraza’ que no pide participar en la escena universitaria sino que irrumpe en ella, desde su calidad académica, desde su formación y con prestigio y se convierte en la primera mujer del Consejo Directivo y la primera que empieza a codearse con los fundadores de la universidad”, puntualizó el investigador, quien considera que su figura no ha sido suficientemente valorada ni por la comunidad universitaria ni por los movimientos feministas actuales.

Desde una perspectiva educacional, el Dr. Muñoz destacó la clara visión que tuvo la académica de la importancia de la formación de los profesores y su rol educador en la sociedad. “Para ella, el profesor y profesora era la persona formadora que podía proyectar a los niños y niñas y adolescentes hasta el infinito; pero también un mal profesor podía dejar a esos niños en un desarrollo mínimo. Por eso era tremendamente exigente (en sus clases), como nos contaron exalumnos que entrevistamos para el libro”, señala.

Dentro de los varios reconocimientos que recibió durante su trayectoria, destacan su incorporación como socia de la Corporación UdeC y su nominación como Profesora Emérita de la Facultad de Educación en 1977.

Corina Vargas de Medina falleció el 15 de agosto de 1989, pocos días antes de cumplir 89 años, dejando un amplio legado de excelencia y compromiso universitario, avances en la formación de profesores, contribuciones al desarrollo de la psicología y ejemplo para las mujeres que continuaron sus pasos.

Figuras del pasado
La Plaza Corina Vargas es un espacio de juegos dedicado a niños y niñas, construido por el municipio dentro del cementerio y abierto al público en octubre de 2018.

“Es parte del proceso de renovación y recuperación patrimonial que está viviendo el camposanto desde hace unos años y también de rescate de la memoria de penquistas del pasado, hombres y mujeres que han hecho nuestra ciudad”, explica el académico de Derecho e Historia de la UdeC, director del Archivo Municipal, Armando Cartes Montori.

Así, por ejemplo, se ha relevado a próceres de la independencia y personajes populares que -dice- son propios de una ciudad compleja y antigua como Concepción, “y entre ellos se quiso relevar el nombre de Corina Vargas, quien fue de las primeras estudiantes de la universidad, que terminó de educarse en Estados Unidos, fue profesora (de la universidad) y llegó ser decana, siendo la primera mujer en ejercer ese cargo en Chile y América Latina”.

Por eso, la Corporación Semco y el Cementerio decidieron dar su nombre a esta plaza, en la que se ha instalado un plinto y una placa de mármol que recuerdan su trayectoria y que fueron inaugurados en una ceremonia que originalmente estaba programada para marzo del año pasado y que debió ser suspendida por las restricciones sanitarias ocasionadas por la pandemia.

“La plaza Corina Vargas va a recordar los logros de una mujer de esta ciudad, que gracias a la universidad logró transformarse y desarrollarse, cumpliendo altas responsabilidades y que, desde ahí, marcó el camino para las mujeres que la siguieron en la educación y en el crecimiento profesional”, afirma Cartes.

Durante la mañana de este martes, el alcalde Álvaro Ortiz Vera y director de la Corporación UdeC expresó que, con la inauguración de la plaza, se busca en valor la figura y el legado de la primera decana a América Latina y pionera de la educación.

“Cuando una revisa su historia, se da cuenta de que querer es poder; tal vez se le cerraron muchas puertas o se le dijo muchas veces ‘no se puede’, pero ella fue capaz de abrir cada una de esas puertas y saltar cada uno de esos obstáculos”, dijo.

“En esta gestión municipal se ha trabajado permanentemente por visibilizar el rol público de muchas mujeres penquistas que han sido protagonistas en el desarrollo y la construcción de la ciudad de Concepción. El objetivo es que ellas sean reconocidas por la ciudadanía y se transformen en ejemplos para las nuevas generaciones”, aseveró.

Por su parte, el decano de Educación, Dr. Óscar Nail Kröyer, señaló que el reconocimiento a Corina Vargas es una síntesis “hermosa” de la importancia de esta mujer pionera de la educación, líder y formadora de formadores, cuya existencia se extiende “en una plaza que puede cobijar a niños que son el futuro de la región y de Chile”.

“Qué mejor para un educador que verse reflejado en las risas, en las anécdotas y en lo que significa la formación de un niño”, finalizó.

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