Fuente: Noticias UdeC
El estudio se aplicó en 17 establecimientos de Concepción, Chiguayante, Hualpén, Talcahuano, Penco, Dichato, San Pedro, Santa Juana, Coronel, Lota, Curanilahue, Tirúa, Contulmo, Cañete, Los Ángeles, Antuco y Mulchén.
Un estudio realizado por investigadores de la UdeC, en el marco de un proyecto del Fondo de Fomento del Libro y la Lectura, midió la motivación lectora en estudiantes de 16 comunas de las cuatro provincias de la Región del Biobío.
La muestra se aplicó a un conjunto de dos mil 817 alumnas y alumnos de quinto básico a cuarto medio y logró establecer tres perfiles de aproximación a la lectura -bueno, medio y bajo-, mostrando, además, brechas en favor del género femenino.
La medición arrojó que en el nivel más alto solo se cuentan 449 estudiantes y que la mayor cantidad de alumnos y alumnas se sitúan en el perfil medio, con mil 380; mientras que el tercer grupo cuenta 954 estudiantes. Los resultados generales, en tanto, indican que las y los alumnos manifiestan una frecuencia de 53% motivación lectora.
“Lo que más determina la muestra es el perfil motivacional lector de nivel medio-bajo”, detalla la académica de la Facultad de Educación y directora del proyecto, Mabel Urrutia Martínez, agregando que la aproximación a la lectura se vincula a cuatro categorías: la autoeficacia (la persona percibe que es competente leyendo), la motivación intrínseca (interés propio por leer) y extrínseca (regulación externa) y elementos sociales (espacios para compartir experiencias lectoras).
“Todas estas categorías son altas en el primer perfil, donde se distingue también un equilibrio entre motivación intrínseca y extrínseca; es decir, ellos/as leen por curiosidad, porque les gusta la lectura y porque, además, les fomentan la lectura desde el colegio, desde la familia, desde fuera. Hay un reconocimiento por ser buen lector”, manifestó.
En el segundo perfil se advierte una caída en todas las categorías y de manera marcada en la motivación extrínseca. “No hay reconocimiento del medio acerca de la importancia de leer y su relación con ciertas competencias para su futuro, sea académico o laboral”, comenta la investigadora.
También bajan los elementos sociales: no se comparten las lecturas, los estudiantes -dice- no tienen la posibilidad de intercambiar libros o de trabajar en conjunto para hacer lecturas más dinámicas.
Las cuatro categorías se reducen considerablemente en el tercer grupo y, de forma particular, la motivación extrínseca y los factores sociales. “Aquí se ve el efecto del contexto en el lector: el contexto no motiva. Tal vez no hay actividades de lectura, no se enfatiza la importancia de leer para el futuro y hay poca interacción social, por ejemplo, instancias para compartir comentarios acerca de la lectura”.
Por otro lado, se ve una baja autoeficacia, “que es la capacidad, la percepción de que es competente en la lectura, que puede lograr comprender bien y quizá esto tiene mucho que ver con la falta de comprensión lectora; es decir, el grupo que tiene una baja autoeficacia evita leer porque probablemente tiene baja competencia en la comprensión lectora”, explica la también directora de la Revista Paideia.
La Dra. Urrutia dio a conocer que dentro de los hallazgos del estudio se observó que los niños y niñas que están dentro del perfil de motivación alta reconocen que para ellos es importante leer y saben que les ayudará a un mejor aprendizaje y al éxito académico y laboral futuro.
En el grupo medio, en tanto, se percibe que aunque niñas y niños no tienen tanta motivación extrínseca, sí tienen curiosidad por leer, “por lo tanto sería bueno que se fomentara esa curiosidad”; mientras que en el caso de los estudiantes del tercer perfil, hay una falta de estímulos externos y, además, evitan leer por una baja autoeficacia lectora.
“Otro dato relevante es que en todas las categorías, a excepción de la motivación extrínseca, las escolares que se declararon de género femenino tienen mejor motivación lectora que los varones, tanto en autoeficacia -las mujeres se perciben como mejores lectoras-, como en la curiosidad y el interés por leer, así como en los elementos sociales como compartir las lecturas”.
Esto está en relación con los resultados de mediciones de comprensión lectora, “en la que hay un brecha de género a favor de las niñas que, al parecer, tienen más hábitos lectores, leen con más frecuencia y, sobre todo, porque muchas veces en la misma intimidad de la lectura se favorecen más las características del género femenino que las del masculino”, puntualizó la especialista en neurociencia cognitiva.
Al comparar lo que ocurre en los niveles educativos, el estudio concluye que la motivación es mayor en la enseñanza básica que en la media y particularmente en la de carácter extrínseco. “Hay un reconocimiento social por ser un buen lector, que no se da en la media”, comenta.
Los elementos sociales también están más presentes en la educación primaria, donde es común que se compartan las lecturas o se trabaje con dramatizaciones de textos. “Aquí también hay una diferencia a favor de la educación básica y que puede darse también por la atención que presta la familia en la infancia y que desaparece luego en adolescencia”, indica.
¿Cómo estimular la lectura?
Para la especialista, un factor relevante para estimular la lectura es la cercanía y el contacto con los libros. “Creo que es importante que los estudiantes tengan acceso a libros, ya sea en su habitación o en la sala de clases; se plantea que deben estar cerca para que puedan manipularlos, tocarlos y tener más acceso a la lectura. Regalarles libros, llevarlos a la librería y acercarlos a actividades relacionadas con la lectura que hacen algunas bibliotecas o centros culturales”.
Por otro lado, advierte que en el ámbito de la docencia es necesario conocer los intereses de las y los estudiantes, darles un espacio de decisión en torno a las lecturas y que no todo esté establecido desde el currículum.
“Hay muchas lecturas obligatorias y a veces hay que partir por el interés antes de llegar a un clásico; es importante fomentar la autonomía en los niños y adolescentes, que ellos elijan diferentes temas y tipos de textos”
La investigadora insiste en la diversificación de las tipologías y formas de textos incluyendo lecturas de teatro o divulgación científica, o bien formatos digitales, considerando que ahora hay más acceso a dispositivos como celulares o tablets.
“Leer en grupos también es una buena salida para favorecer los elementos sociales, como comentar las lecturas. Algunas estrategias específicas pueden ser los cuentacuentos de los capítulos preferidos, realizar un cómic de un pasaje o libro determinado o memes de textos de lecturas”.
También se puede trabajar con los booktubers (reseñas de libros en videos, compartidos por Youtube), que también ayudan al “desarrollo de aptitudes actitudes verbales y permite que puedan explicar alguna lectura más compleja y motivar a otros a leer”, y los ebooks, que consisten en el resumen de un texto determinado que se complementa con imágenes.
Otra alternativa mencionada por la académica es transformar textos en guiones o realizar lecturas dramatizadas en diferentes contextos, no solamente en Lenguaje, sino también en Historia o Ciencias Naturales, por ejemplo, para explicar un proceso molecular complejo.
La investigadora recalca que la lectura nunca debe ser usada como un castigo e insiste en prestar atención a los intereses del alumnado, saber qué leen.
Hace poco les pregunté eso a estudiantes de la universidad; ellos están leyendo muchos best seller o libros que se han transformado en películas; a algunos les gustan varios clásicos; entonces no hay que partir de la idea de que los estudiantes no leen; hay que ver qué están leyendo, eso es algo interesante de saber”.
El equipo de investigación ha desarrollado charlas y actividades en torno a estrategias de motivación lectora en los distintos establecimientos que son parte de la iniciativa y actualmente trabaja un taller sobre el tema con docentes del Liceo San Pedro de San Pedro de La Paz, cuyos resultados se conocerán hacia el término de este semestre.
La idea es que estas estrategias se utilicen en distintas asignaturas y no sólo en el área de lenguaje, comentó Mabel Urrutia.
Por otro lado, adelantó que el 11 de enero de 2023 se llevará a cabo un seminario internacional de cierre del proyecto, que tendrá como conferencista invitado a Hipólito Marrero Hernández, catedrático y director del Instituto de Neurociencia de la Universidad de la Laguna (España).
El estudio se aplicó en 17 establecimientos de Concepción, Chiguayante, Hualpén, Talcahuano, Penco, Dichato, San Pedro, Santa Juana, Coronel, Lota, Curanilahue, Tirúa, Contulmo, Cañete, Los Ángeles, Antuco y Mulchén.