El Decano de nuestra Facultad, Óscar Nail, en conjunto con la Directora de Prácticas, Gloria Sanzana, y el Coordinador de Movilidad de la Dirección de Relaciones Internacionales, Omar Salazar; dieron la bienvenida al grupo, que constituye la séptima generación de jóvenes que hace su práctica al extranjero en escuelas públicas con educación gratuita y de calidad, pertenecientes al Distrito de Minnetonka, en el marco del convenio que mantiene la UdeC con la Universidad de Saint Cloud en Minnesotta, Estados Unidos.
Durante los meses de enero a junio de este año, siete alumnos provenientes de las carreras de Educación General Básica, Pedagogía en Español y Educación Parvularia (dos alumnos de Educación Parvularia, dos de Educación Básica y tres de Pedagogía en Español); vivieron la experiencia de hacer clases en escuelas públicas del Distrito de Minnetonka, las cuales tienen inmersión en español, con enseñanza es de tipo bilingüe; y su trabajo fue evaluado con la máxima calificación. En base a esto, Omar Salazar, señala: «Nuestros estudiantes van como profesores de habla nativa, ellos logran trabajar dentro de un sistema en donde aspectos como la gestión de la educación, el trabajo en el aula y el trabajo de quienes dirigen el establecimiento, les sirven de modelo para que ellos también puedan replicarlos después acá». La práctica en el extranjero, según detalló el docente, está cubierta en un 90%, pues incluye alojamiento y mantención. El estudiante solo debe cancelar una parte de su pasaje.
Con respecto a la importancia de que los alumnos puedan tener experiencias de intercambio, Gloria Sanzana, Directora de Prácticas de la Facultad, mencionó que «la movilidad estudiantil es muy relevante en términos de la formación inicial. Los estudiantes y los profesores pueden tener una mirada más compleja, más completa y exacta de los diferentes contextos y cómo evoluciona la política educativa y la implementación de la misma».
Junto con felicitarlos por sus niveles de desempeño en Estados Unidos, el Decano de la Facultad instó a los estudiantes a no dejar pasar la oportunidad de compartir con sus compañeros de carrera, los beneficios y aprendizajes que se encuentran en este tipo de prácticas. Esto, ya que las postulaciones se realizan todos los años en la Facultad y ya se encuentran prontos al próximo periodo. El proceso consta en que los jefes de carrera realizan una preselección y quienes toman la decisión final son los directivos estadounidenses.
Frente a lo anterior, Salazar comentó que es bueno que haya retroalimentación de la experiencia, ya que: “Ha ido aumentando el interés, y aunque este programa no exige el dominio de inglés, cada vez más estudiantes lo manejan”. En efecto, el mejoramiento del nivel de inglés para la postulación de este programa ha sido una externalidad positiva de este convenio,agregó el Coordinador de Movilidad.
Algunas experiencias
Dorian Garri, durante su estadía, trabajó con un quinto grado (lo cual es similar a un quinto básico). «Uno llega a Estados Unidos con mucha incertidumbre sobre cómo se va a integrar al sistema laboral de allá, afortunadamente, te puedes conectar inmediatamente, te das cuenta que la Universidad te prepara lo suficiente para que uno se pueda desarrollar en otro país para el ámbito profesional», comenta el
Cuenta que durante la mañana, los niños partían motivados las clases ya que a primera hora tenían clases especiales y allí ellos eligen la clase que pueden tomar. Sus clases comenzaban a las 10.30 de la mañana y trabajaba con lenguaje, matemáticas, ciencias y estudios sociales. Al respecto menciona: «Si bien, mi especialidad es de lenguaje e historia, cuando me dijeron que debía hacer matemáticas y ciencias, para mí fue un desafío personal, así que me tuve que poner a estudiar y feliz. Ellos me proporcionaron todos los materiales e insumos para hacer las clases. Allá no se trabaja con un currículum tan establecido como acá, me daban los objetivos de la clase y yo podía ver cómo se desarrollaba.»
En relación a sus proyecciones, comparte que «después de la experiencia, uno queda con la mentalidad de que se pueden hacer cosas diferentes, y tan solo con las ganas. Quizás dejar los protocolos de lado y comenzar a tener buenas relaciones con la comunidad escolar, profesores, apoderados y niños. Allá uno aprende a manejarse en ese sentido, a flexibilizar los protocolos».