Valparaíso, Chile. La Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) se convirtió en el epicentro del diálogo internacional sobre convivencia escolar y prevención de la violencia, al albergar el X Congreso Mundial sobre Convivencia y Violencia en la Escuela los días 28, 29 y 30 de octubre. El encuentro reunió a expertos de más de 15 países, consolidándose como un espacio clave para reflexionar sobre los desafíos globales en educación.
Bajo el lema “Diálogos que fortalecen comunidades educativas y territorios”, el congreso congregó a investigadores, académicos y profesionales de Chile, Brasil, México, Italia, España, Francia, Australia, Estados Unidos, Japón y Hungría, quienes compartieron experiencias, investigaciones y políticas públicas orientadas a la construcción de entornos escolares seguros y democráticos.
Participación destacada de la Facultad de Educación
La Facultad de Educación tuvo una presencia activa en el evento, aportando a la discusión internacional con la participación del académico Óscar Nail Kroyer y del vicedecano Daniel Paredes Ulloa. Además, gestionó la presencia de dos reconocidas investigadoras internacionales:
- Dra. Ana Bravo, Universidad de Córdoba (España).
- Dra. Claire Monks, Universidad de Greenwich (Reino Unido).
Ambas especialistas enriquecieron el debate con sus investigaciones sobre acoso escolar y estrategias de prevención en contextos educativos diversos.
Conclusiones del Congreso
Entre los principales acuerdos, se destacó que la convivencia escolar debe ser entendida como un fin en sí mismo, esencial para la paz, la democracia y la sostenibilidad de la vida en común, más allá de su impacto en los aprendizajes.
Asimismo, se subrayó la urgencia de respuestas conjuntas frente a fenómenos globales como el acoso y el ciberacoso, promoviendo la colaboración entre investigadores, docentes, autoridades y organismos internacionales.
El congreso también valoró el diálogo intergeneracional, integrando la voz de niñas, niños y adolescentes en reflexiones sobre buen trato, ciudadanía y participación. Finalmente, se reafirmó que la vida cotidiana en las aulas constituye una oportunidad única para construir paz y fortalecer comunidades educativas.